Mariano Rajoy pasa demasiado tiempo escapando de los periodistas. La hace, mudo como un muerto, cuando uno de esos turbios asuntos de dinero negro y el enriquecimiento fácil salpica a miembros de su partido. El último, el exministro y expresidente balear Jaume Matas. Tiene mala pinta el asunto. Posible delito fiscal, cobro de sobornos, financiación ilegal del partido en las islas.... Rajoy ya le ha dado la espalda deseándole a Matas que le vaya bien, es decir, que demuestra su inocencia. En todo caso, estas cosas de Baleares o Valencia (¿quizá también Galicia?) obligan al líder popular a adoptar poses forzadas, escapando de la prensa o callando ante sus preguntas. Sólo ha hablado cuando Matas ha pedido la baja temporal en el PP. Rajoy ya puede hablar, ¿hasta el próximo escándalo?
Reflexionemos sobre lo que pasa y se dice, sea lo que sea.