Hay un periodista que se dedica todos los días, entre las 7:48 y las 7:50, a criticar en un medio de comunicación lo que hacen sus compañeros. Bueno, no exactamente sus compañeros, sino más bien sus enemigos ideológicos. Es un periodista que se llama José María Izquierdo, y el medio que le presta espacio para sus fobias es la Cadena SER.
Este periodista critica o pone en solfa diariamente las opiniones de otros periodistas que publican en otros medios de comunicación y con las que no está de acuerdo. En la careta de su sección, "El ojo izquierdo", le apodan "el catavenenos", toda un anuncio de lo que vamos a escuchar a continuación.
Este espacio es un ejemplo más del tipo de periodismo que prima en España. Una información "de trinchera", en la que no se respetan las opiniones de los que escriben desde un prisma de análisis diferente al tuyo o el de tu empresa. Lo preocupante es que se da en los dos bandos mayoritarios en que se ha escindido el periodismo español: partidarios o detractores del poder, sea el que sea.
En realidad, lo que hace Izquierdo no desmerece a las soflamas catastrofistas y radicales que se lanzan cada noche desde las tertulias televisivas que proliferan en esta TDT plagada de contenidos resesos y de ínfima calidad; son esas tertulias en las que se practica la sordera agresiva: gana el que más grita para no escuchar los argumentos del otro. Lo que distingue a Izquierdo es que el trabajo de su sección se lo curran sus "enemigos", entre los cuales tiene predilectos y eventuales. Escuchen y juzguen.
Este periodista critica o pone en solfa diariamente las opiniones de otros periodistas que publican en otros medios de comunicación y con las que no está de acuerdo. En la careta de su sección, "El ojo izquierdo", le apodan "el catavenenos", toda un anuncio de lo que vamos a escuchar a continuación.
Este espacio es un ejemplo más del tipo de periodismo que prima en España. Una información "de trinchera", en la que no se respetan las opiniones de los que escriben desde un prisma de análisis diferente al tuyo o el de tu empresa. Lo preocupante es que se da en los dos bandos mayoritarios en que se ha escindido el periodismo español: partidarios o detractores del poder, sea el que sea.
En realidad, lo que hace Izquierdo no desmerece a las soflamas catastrofistas y radicales que se lanzan cada noche desde las tertulias televisivas que proliferan en esta TDT plagada de contenidos resesos y de ínfima calidad; son esas tertulias en las que se practica la sordera agresiva: gana el que más grita para no escuchar los argumentos del otro. Lo que distingue a Izquierdo es que el trabajo de su sección se lo curran sus "enemigos", entre los cuales tiene predilectos y eventuales. Escuchen y juzguen.
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