No hay asunto en el que la demagogia y lo políticamente correcto campeen más que en el debate sobre los idiomas y la enseñanza. Última capítulo: la encuesta de la Xunta para conocer la opinión de los padres sobre el uso del gallego en la docencia primaria y secundaria.
Independientemente de los objetivos y el resultado, es loable que, por una vez, los políticos se tomen la molestia de escuchar a alguien más que a ellos mismos antes de abordar una cuestión de tanto calado. Si salieran más a menudo de las cuatro paredes del Parlamento, de las sedes de los partidos o se bajaran de los coches oficiales descubrirían que hay otro mundo de preocupaciones, temores y anhelos personales y vitales de los ciudadanos que les sorprendería.
Probablemente escucharían las voces de los niños obligados a estudiar y responder en gallego aunque su idioma vehicular es el castellano, y viceversa, oirían a los padres que claman contra la permanente reforma partidista de la educación, y hasta se darían cuenta de que hay zonas donde sólo se hable gallego en el colegio, y viceversa, más allá de lo que sus señorías digan o hagan en su mundo de yuppie.
Por eso, bienvenida sea la consulta a los padres, mal que le pese a la progresía institucional. Mira tú qué cosa, ahora resulta que les molesta algo tan democrático como escuchar la voz de los ciudadanos. ¿Será porque temen que lo que van a decir no les gustará o porque últimamente la izquierda patria ha decidido legislar sobre los más jóvenes sin tener en cuenta el papel de los padres?
Esto del gallego en la escuela va camino de convertirse en un esperpento. Fíjense que hasta hay una amenaza de huelga por parte de los sindicatos si se deroga el decreto del gallego. Bueno, algo se ha avanzado, porque en otras épocas, otros talibanes idiomáticos (los del castellano) te metían una multa o te mandaban unos días a la sombra si hablabas gallego. Ahora, sus sucesores autóctonos sólo amenazan con una huelga.
Quizá todo este embrollo se acabaría si un líder con visión histórica se tomara la molestia de explicar que el gallego y el castellano, sí el castellano, son los idiomas propios de Galicia.
Soy profesora de E.P. desde hace 30 años y creo que desconoce la realidad de la enseñanaza a estos niveles. En primer lugar debo decirle que como profesional sé que los niños son capaces de aprender gallego, castellano o inglés sin problema.En los colegios no se les impone ninguna lengua, simplemente se dan unas asignaturas en castellano y otras en gallego. De la misma forma que en la clase de inglés hablan en inglés ( se empieza en EI de 3 años),y no se plantea ningún problema con eso, en otras clases se utiliza el castellano y/o el gallego.Aprenden tres lenguas al mismo tiempo.
ResponderEliminarEn cuanto a la encuesta que se va a realizar hay que tener en cuenta ciertos datos. Los padres con un solo hijo cubrirán una, pero los que tengan dos cubrirán dos, es decir, serán dos opiniones cuando en realidad se supone que elegirán el mismo idioma para sus dos hijos. ¿Eso es democrático? ¿Que unos padres tengan más derecho a opinar que otros, en función del número de hijos?Por otro lado, los padres que matriculan a sus hijos para el próximo curso, por ejemplo, los niños de 3 años, no tienen esa opción.¿Por qué no se pide la opinión de los profesionales de la enseñanza? Son muchas cuestiones de las que se podría debatir. A triste realidade é que os nenos e nenas galego-falantes serán discriminados de novo como en tempos pasados por cuestión de lingua.Na miña opinión, hai un interese en que o galego non se aprenda. Se os galegos non coidamos o noso, as nosas tradicións, as nosas costumes, o noso patrimonio, a NOSA LINGUA, ¿ que o vai facer?
Videla, hazle caso a esta profesora porque el escenario que pintas de la enseñanza es totalmente irreal.
ResponderEliminarAdemás, como profesor universitario debías de ser más objetivo y creer en la rigurosidad no dejándote llevar por los principios ideológicos. Esa encuesta no la tiene y es muy poco fiable en el método de recogida de datos. Los directores han manifestado que es ilegal porque atenta contra la Ley de Protección de datos y la puede cubrir cualquiera. ¿Avalas las ilegalidades y trapallerismo de este proceso?