De vez en cuando el mundo se estremece con un atentado terrorista. Habitualmente suelen ser obra de fanáticos musulmanes, que dicen actuar para desagraviar a Alá o en venganza por las actividades de las potencias occidentales en los países musulmanes. Una vez cometida la salvajada comienza una carrera de condenas desde todos los países. Normal y lógico.
Toda persona sensata, sea cual sea su condición, abomina de los extremismos religiosos. No se puede matar en nombre de ninguna religión ni de ningún Dios. Sin embargo, no existe la misma radical condena cuando se trata de las patrias o de las naciones. La historia nos muestra que los nacionalismos de todo signo acumulan mas muertos que las guerras de religión.
No sé si han reparado que casi al mismo tiempo que dos terroristas islamistas masacraban a media redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdó, miles de personas se manifestaban en Bilbao contra la dispersión de los presos etarras y la política penitenciaria del Gobierno español. Es decir, en el País Vasco, Euskaleherría o Euskadi aún hay mucha gente que se preocupa por la suerte de nuestros "yihadistas" euskaldunes.
Una vez más, Spain is different. Media Francia y parte del extranjero se manifiesta el domingo contra el terrorismo yihadista mientras que casi al lado miles de ciudadanos de un estado de la Unión Europea apoyan a personas encarceladas por matar o colaborar con fanáticos nacionalistas. Y los políticos, los ciudadanos, la opinión publicada y demás invitados se quedan tan panchos. Parece que meterse con Mahoma es más grave que matar a un concejal, a un policía o a un panadero, al menos para los "camisa azul" euskaldunes.
Toda persona sensata, sea cual sea su condición, abomina de los extremismos religiosos. No se puede matar en nombre de ninguna religión ni de ningún Dios. Sin embargo, no existe la misma radical condena cuando se trata de las patrias o de las naciones. La historia nos muestra que los nacionalismos de todo signo acumulan mas muertos que las guerras de religión.
No sé si han reparado que casi al mismo tiempo que dos terroristas islamistas masacraban a media redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdó, miles de personas se manifestaban en Bilbao contra la dispersión de los presos etarras y la política penitenciaria del Gobierno español. Es decir, en el País Vasco, Euskaleherría o Euskadi aún hay mucha gente que se preocupa por la suerte de nuestros "yihadistas" euskaldunes.
Una vez más, Spain is different. Media Francia y parte del extranjero se manifiesta el domingo contra el terrorismo yihadista mientras que casi al lado miles de ciudadanos de un estado de la Unión Europea apoyan a personas encarceladas por matar o colaborar con fanáticos nacionalistas. Y los políticos, los ciudadanos, la opinión publicada y demás invitados se quedan tan panchos. Parece que meterse con Mahoma es más grave que matar a un concejal, a un policía o a un panadero, al menos para los "camisa azul" euskaldunes.
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