No hay asunto en el que la demagogia y lo políticamente correcto campeen más que en el debate sobre los idiomas y la enseñanza. Última capítulo: la encuesta de la Xunta para conocer la opinión de los padres sobre el uso del gallego en la docencia primaria y secundaria. Independientemente de los objetivos y el resultado, es loable que, por una vez, los políticos se tomen la molestia de escuchar a alguien más que a ellos mismos antes de abordar una cuestión de tanto calado. Si salieran más a menudo de las cuatro paredes del Parlamento, de las sedes de los partidos o se bajaran de los coches oficiales descubrirían que hay otro mundo de preocupaciones, temores y anhelos personales y vitales de los ciudadanos que les sorprendería. Probablemente escucharían las voces de los niños obligados a estudiar y responder en gallego aunque su idioma vehicular es el castellano, y viceversa, oirían a los padres que claman contra la permanente reforma partidista de la educación, y hasta se darían cuenta ...
Reflexionemos sobre lo que pasa y se dice, sea lo que sea.