Este martes, la Iglesia católica nos ha mostrado, una vez más, sus dos caras. Por una parte la que encarnan hombres y mujeres que sustentados por la fe en Jesús entregan su vida sin pedir nada a cambio, como el padre Miguel Pajares, y por otra la de los escribas de la ley que aplican la normativa que ellos mismos elaboran para expulsar al disidente. Es lo que han hecho con el profesor de Religión que hace año y medio escribió una carta al obispo de Canarias informándole que se había casado con otro hombre. ¿Anatema, excomunión? No, en principio. Pasado todo este tiempo explicó su caso en los medios de comunicación en lo que parecía una muestra de nuevos tiempos eclesiales. Va a ser que no. Ya ha sido "liquidado". No dará clase de Religion el próximo curso. Él lo acepta porque admite que vulnera el código moral oficial de la Iglesia. Digo exactamente el código moral oficial, porque, como todos sabemos, los católicos hace décadas (y hasta siglos) que vamos por libre respecto ...
Reflexionemos sobre lo que pasa y se dice, sea lo que sea.