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Ahorro en A Coruña

Sábado, 14:00 horas. Accidente en el principal acceso a A Coruña, la avenida de Alfonso Molina. Desde hace años se sabe que esa carretera, de seis carriles, es incapaz de absorber el tráfico de coches que llegan a la ciudad por la autopista y desde el área metropolitana. Pero Fomento, el ministerio que dirige ese señor que ha dicho que gastar 250.000 euros en un arreglo provisional de las señales para que indiquen que el límite de velocidad queda en 110 kilómetros por hora es irrisorio, pospone año tras año las obras destinadas a incrementar su capacidad.

En definitiva, yo y los cientos de personas que quedamos atrapadas en el atasco tiramos por el tubo de escape de nuestro coche todo el presunto ahorro de carburante que íbamos a conseguir conduciendo a 110 por la autovía o por la autopista. Es irritante la frivolidad con que las personas que nos gobiernan deciden ordenarnos la vida. ¿No se dan cuenta de que los consumos de gasolina o gasóleo más cuantiosos se producen en los desplazamientos urbanos, de casa al trabajo, precisamente donde se generan los atascos?

Así andamos, soportando con paciencia franciscana las ocurrencias de unos políticos superados por la realidad, navegando en la mediocridad y el descrédito hasta la siguiente cita electoral. Estos son los mismos que gastan el carburante de los aviones oficiales para que el presidente asista a actos del partido. ¿Y si probaran a restringir el uso de los coches oficiales? En fin, lo que más me sorprende es que todavía haya ciudadanos más o menos responsables capaces de volver a votarlos.

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