Desde la mañana del sábado ya sabemos que por delante nos queda un año más difícil de lo que preveíamos. Sabíamos que en 2011 continuaría la tasa de paro por encima del 20% (y también en 2012), que por delante tenemos meses de turbulencias financieras, que nos vamos a tener que enfrentar al "rescate" de Portugal, o que algunas comunidades autónomas no aceptan recortar sus gastos para reducir su déficit. Con esas certezas pasaban las semanas hasta que se supo lo que casi todos dicen ahora que sabían: que Zapatero se va del gobierno en marzo de 2012, que no de la dirección del PSOE.
En los dos últimos días hemos escuchado las tonterías de los dirigentes socialistas en todos los niveles, ensalzando la figura de un hombre que los conduce hacia una dolorosa derrota por etapas, primero en mayo de este año y luego en marzo del próximo. Loan al político que arrastra los peores índices de popularidad de la historia de la democracia porque hizo lo más detestable en un político o en una persona: decir una cosa y hacer la contraria.
Zapatero está amortizado oficialmente. El PP quiere sacarlo de la foto lo antes posible. La crisis sigue. En medio de este panorama los candidatos/as a suceder a ZP van a desplegar su estrategia para hacerse con el control del partido de cara a las primarias. Y el gobierno dirigido por un sujeto con fecha de caducidad; vamos, lo ideal para encarar con fuerza un delicada situación económica.
Probablemente la solución está en unas elecciones después del verano que nos ahorren el sufrimiento de ver a Zapatero como un cero a la izquierda durante doce meses. Por cierto, que amenaza con "ocuparse" del PP. Miren, eso a lo mejor sí que lo hace bien porque lo suyo es la politiquería y el fullerismo, no la gobernación de un país que hace dos tres años aspiraba, según ZP, a alcanzar la renta per cápita de Francia.
Si alguien duda de la pertinencia de adelantar las elecciones piensen en cómo encararía un ejecutivo presidido por Zapatero un agravamiento de las turbulencias financieras. ¿Quién está dispuesto a hacer caso a un gobernante que ya no interesa ni a los militantes de su partido?.
En los dos últimos días hemos escuchado las tonterías de los dirigentes socialistas en todos los niveles, ensalzando la figura de un hombre que los conduce hacia una dolorosa derrota por etapas, primero en mayo de este año y luego en marzo del próximo. Loan al político que arrastra los peores índices de popularidad de la historia de la democracia porque hizo lo más detestable en un político o en una persona: decir una cosa y hacer la contraria.
Zapatero está amortizado oficialmente. El PP quiere sacarlo de la foto lo antes posible. La crisis sigue. En medio de este panorama los candidatos/as a suceder a ZP van a desplegar su estrategia para hacerse con el control del partido de cara a las primarias. Y el gobierno dirigido por un sujeto con fecha de caducidad; vamos, lo ideal para encarar con fuerza un delicada situación económica.
Probablemente la solución está en unas elecciones después del verano que nos ahorren el sufrimiento de ver a Zapatero como un cero a la izquierda durante doce meses. Por cierto, que amenaza con "ocuparse" del PP. Miren, eso a lo mejor sí que lo hace bien porque lo suyo es la politiquería y el fullerismo, no la gobernación de un país que hace dos tres años aspiraba, según ZP, a alcanzar la renta per cápita de Francia.
Si alguien duda de la pertinencia de adelantar las elecciones piensen en cómo encararía un ejecutivo presidido por Zapatero un agravamiento de las turbulencias financieras. ¿Quién está dispuesto a hacer caso a un gobernante que ya no interesa ni a los militantes de su partido?.
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