Ir al contenido principal

La foto de Andalucía

La fotografía con la que muchos periódicos ilustraron los resultados de las elecciones andaluzas es una imagen de la sensación que recorre el PP tras constatar que lo tienen prácticamente imposible para gobernar Andalucía. Ahí está Javier Arenas con una sonrisa de esfinge, quizá deseando tumbarse en un diván para interrogarse sobre qué designo extraterrenal le impide presidir la Junta. Lo flanquean el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la ministra de Empleo (perdón, Desempleo), Fátima Báñez. Nadie le advirtió a Arenas que salir al balcón junto a la ministra que ha puesto cara a la contrarreforma laboral roza el sarcasmo.

Andalucía le ha advertido a Rajoy de varias cosas. Primera, sorprendente, que el PSOE no está tan muerto como aparentaba; va a retener el gobierno con el apoyo de Izquierda Unida, pero transmite el mensaje de que la crisis ya es toda cosa del PP porque la memoria en política es muy frágil, sobre todo cuando tomas medidas que afectan a sectores sociales ya muy castigados. Segunda advertencia: a ver qué Presupuestos Generales del Estado presenta, ojito con los recortes salvajes para dar gusto a Ángela Merkel, a Bruselas y a los "mercados"; el presidente ya sabe que todos ellos no votan en las elecciones. Tercera advertencia: la derecha española es incapaz de captar nuevos votantes que le permitan mayorías suficientes para no estar al albur de los pactos de la izquierda. Los españoles se vuelven hacia el PP cuando la izquierda fracasa, lo admiten como un mal menor y siempre parecen dispuestos a dar una nueva oportunidad al PSOE.

El presidente de Gobierno tiene una panorama complejo por delante. Si desarrolla la agenda que le imponen desde afuera puede perder apoyo a borbotones en los próximos meses, algo que debería preocupar a Alberto Núñez Feijoo, el próximo presidente aurtonómico popular en someterse al veredicto de la urnas. Aplicar la tijera a lo bestia en recesión nos garantiza más paro y, además, no es promesa segura de un futuro mejor. La gente tiende a desconfiar de futuros venturosos en boca de políticos que dijeron una cosa e hicieron otra.

Esta forma de comportarse puede explicar el descenso de participación registrado en estos comicios. Los políticos están bajo sospecha por su forma de actuar. Hay demasiados ejemplos de casos que revelan una insensibilidad irritante para aplicarse las recortes que imponen a los ciudadanos. Y, además, llevan demasiado tiempo mostrándose incapaces de atajar una crisis que no supieron advertir en su profundidad.

Una vieja amiga mía (no por edad, si no por los años que hace que nos conocemos) me dijo que había que proponer soluciones además de diagnosticar los problemas. Yo sólo soy un periodista, las soluciones es cosa de otros, de esos que nos iban a sacar del hoyo con medidas "de sentido común".

Comentarios

Entradas populares de este blog

Otra de ex presidentes

Hace un par de días contaba las últimas andanzas de José María Aznar, devenido en promotor comercial de su último libro. Hoy me toca hablar de su íntimo enemigo, el también ex presidente del Gobierno Felipe González. El viejo dinosaurio socialista lleva más de una década jubilado, exactamente desde que en 1997, al año de perder el gobierno, dijo, nada más empezar el congreso del PSOE, que lo dejaba; yo estaba allí, y la cara de pasmo y estupor de la concurrencia era indescriptible. En la misma operación colocó a su albacea Joaquín Almunia al frente de la cosa; fracasó sin paliativos, Josep Borrell mediante. Y luego llegó el actual, ya saben, la figura histórica de la que hablaba Leire Pajín. A lo que vamos. Felipe González se dedica, entre otras cosas, a tocarle las narices de vez en cuando a la figura histórica (bueno, vale, Zapatero) para recordarle que no le gusta nada lo que está haciendo. Es lo mismo de Aznar con Rajoy, al que cada cierto tiempo le agita el avispero popular con l

El equipo médico habitual

Hubo un tiempo en que los españoles seguíamos atentamente las informaciones que facilitaba el llamado "equipo médico habitual". Era un grupo de brillantes especialistas que trataban al por entonces Jefe del Estado, el general Francisco Franco, de las numerosas dolencias que le aquejaban y que lo llevaron a su tumba del Valle de los Caídos en noviembre de 1975. Por aquellos años yo era un ser humano a medio camino entre la niñez y la primera adolescencia, y la verdad, la retahíla de problemas de aquel señor mayor que mandaba por encima de todos me sonaban un tanto lejanos. Lo único que saqué de beneficio fueron tres días sin clase cuando se murió, que casi coincide con mi cumpleaños. Ahora esto del equipo médico habitual parece que vuelve a estar de moda. No son siempre los mismos médicos ni el paciente es tan tenebroso como aquel militarcito que secuestró el poder gracias a un golpe de estado y una guerra civil. Los problemas de salud del Rey Juan Carlos nos devuelven l

Ricos, locos asesinos y currantes.

Todos los días millones de personas nos levantamos con la intención de cumplir con nuestras obligaciones, sean del tipo que sean. Normalmente son hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible, ocuparnos de las necesidades de nuestra familia o ser honrados ciudadanos. Y ya es bastante. Una de las primeras cosas que hacemos es echarle un vistazo a la prensa o escuchar la radio. Es saludable y demuestra interés por lo que pasa a nuestro alrededor, pero a veces puede alterarnos el estado de ánimo. Veamos alguna muestra de lo que nos encontramos hoy: Ahí tenemos el enésimo serial de la infanta, el marido de la infanta y los tejemanejes que entre los dos y sus socios se montaron. La mujer prefiere pasar por tonta antes que admitir cualquier grado de responsabilidad en los enjuagues de Noos y otros negocios. Está en su derecho, también en el de no pagar la fianza, pero los ciudadanos también estamos en nuestro derecho de pensar que esto tiene toda la pinta de acabar en una operaci