Cada cierto tiempo me hago a mí mismo la promesa de ser constante con mi blog, me prometo acudir con frecuencia a la incierta cita con las desconocidas personas que, bien por azar o bien por interés consciente, están dispuestos a leer lo que escribo. Viendo la fecha de la última entrada de mi blog comprobarán que no suelo cumplir esta promesa. Cosas del ritmo de la vida diaria y de cierta indolencia.
Vuelvo empujado por acontecimientos que considero relevantes para romper la inercia de silencio en que parece sumido este blog. Cómo no, lo de los "papeles de Bárcenas" y el papelón del PP me han animado a retomar el impulso bloguero. Y lo hago para decir que el hastío y el hartazgo, la fatiga moral y el desánimo vital de los españoles tiene un rostro: Mariano Rajoy.
Hasta esta semana, la gestión del político pontevedrés tenía como hito fundamental la vulneración sistemática de su programa electoral. Subió impuestos, encareció la vida de las clases medias y populares y encabezó el descenso al infierno de los seis millones de parados, entre otros éxitos. Con menos de eso, otros han pasado a la historia.
Pero si algo no nos esperábamos es que el sensato Rajoy, político cabal y un tanto pasivo, se viera envuelto en un tejemaneje de sobres con dinerito extra para los jefes del PP durante años. Incluso él aparece en la lista. Inaudito. ¡Mariano en medio de la ciénaga!
Pero hoy ha dicho basta. Lo ha gritado a los cuatro vientos arropado por los suyos. Con los periodistas amordazados, sin poder hacer preguntas, no vaya a ser que me saquen los colores. Yo creo en la inocencia de Rajoy mientras no se demuestre lo contrario. De la misma forma que creo que su cara plasma el hastío de los trabajadores, de los parados, de los ciudadanos que conocen anonadados que en los despachos enmoquetados de la calle Génova se les hacían más llevaderos los gastos a los peces gordos del partido..... !Ah! perdón, que los papeles de Bárcenas son apócrifos, es decir, fabulosos, supuestos o fingidos, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua. ¿Lo mismo que Filesa o los GAL? A ver si la justicia nos saca de la duda.
Vuelvo empujado por acontecimientos que considero relevantes para romper la inercia de silencio en que parece sumido este blog. Cómo no, lo de los "papeles de Bárcenas" y el papelón del PP me han animado a retomar el impulso bloguero. Y lo hago para decir que el hastío y el hartazgo, la fatiga moral y el desánimo vital de los españoles tiene un rostro: Mariano Rajoy.
Hasta esta semana, la gestión del político pontevedrés tenía como hito fundamental la vulneración sistemática de su programa electoral. Subió impuestos, encareció la vida de las clases medias y populares y encabezó el descenso al infierno de los seis millones de parados, entre otros éxitos. Con menos de eso, otros han pasado a la historia.
Pero si algo no nos esperábamos es que el sensato Rajoy, político cabal y un tanto pasivo, se viera envuelto en un tejemaneje de sobres con dinerito extra para los jefes del PP durante años. Incluso él aparece en la lista. Inaudito. ¡Mariano en medio de la ciénaga!
Pero hoy ha dicho basta. Lo ha gritado a los cuatro vientos arropado por los suyos. Con los periodistas amordazados, sin poder hacer preguntas, no vaya a ser que me saquen los colores. Yo creo en la inocencia de Rajoy mientras no se demuestre lo contrario. De la misma forma que creo que su cara plasma el hastío de los trabajadores, de los parados, de los ciudadanos que conocen anonadados que en los despachos enmoquetados de la calle Génova se les hacían más llevaderos los gastos a los peces gordos del partido..... !Ah! perdón, que los papeles de Bárcenas son apócrifos, es decir, fabulosos, supuestos o fingidos, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua. ¿Lo mismo que Filesa o los GAL? A ver si la justicia nos saca de la duda.
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