Ir al contenido principal

Rajoy o la cara del hastío español

Cada cierto tiempo me hago a mí mismo la promesa de ser constante con mi blog, me prometo acudir con frecuencia a la incierta cita con las desconocidas personas que, bien por azar o bien por interés consciente, están dispuestos a leer lo que escribo. Viendo la fecha de la última entrada de mi blog comprobarán que no suelo cumplir esta promesa. Cosas del ritmo de la vida diaria y de cierta indolencia.

Vuelvo empujado por acontecimientos que considero relevantes para romper la inercia de silencio en que parece sumido este blog. Cómo no, lo de los "papeles de Bárcenas" y el papelón del PP me han animado a retomar el impulso bloguero. Y lo hago para decir que el hastío y el hartazgo, la fatiga moral y el desánimo vital de los españoles tiene un rostro: Mariano Rajoy.

Hasta esta semana, la gestión del político pontevedrés tenía como hito fundamental la vulneración sistemática de su programa electoral. Subió impuestos, encareció la vida de las clases medias y populares y encabezó el descenso al infierno de los seis millones de parados, entre otros éxitos. Con menos de eso, otros han pasado a la historia.

Pero si algo no nos esperábamos es que el sensato Rajoy, político cabal y un tanto pasivo, se viera envuelto en un tejemaneje de sobres con dinerito extra para los jefes del PP durante años. Incluso él aparece en la lista. Inaudito. ¡Mariano en medio de la ciénaga!

Pero hoy ha dicho basta. Lo ha gritado a los cuatro vientos arropado por los suyos. Con los periodistas amordazados, sin poder hacer preguntas, no vaya a ser que me saquen los colores. Yo creo en la inocencia de Rajoy mientras no se demuestre lo contrario. De la misma forma que creo que su cara plasma el hastío de los trabajadores, de los parados, de los ciudadanos que conocen anonadados que en los despachos enmoquetados de la calle Génova se les hacían más llevaderos los gastos a los peces gordos del partido..... !Ah! perdón, que los papeles de Bárcenas son apócrifos, es decir, fabulosos, supuestos o fingidos, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua. ¿Lo mismo que Filesa o los GAL? A ver si la justicia nos saca de la duda.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Otra de ex presidentes

Hace un par de días contaba las últimas andanzas de José María Aznar, devenido en promotor comercial de su último libro. Hoy me toca hablar de su íntimo enemigo, el también ex presidente del Gobierno Felipe González. El viejo dinosaurio socialista lleva más de una década jubilado, exactamente desde que en 1997, al año de perder el gobierno, dijo, nada más empezar el congreso del PSOE, que lo dejaba; yo estaba allí, y la cara de pasmo y estupor de la concurrencia era indescriptible. En la misma operación colocó a su albacea Joaquín Almunia al frente de la cosa; fracasó sin paliativos, Josep Borrell mediante. Y luego llegó el actual, ya saben, la figura histórica de la que hablaba Leire Pajín. A lo que vamos. Felipe González se dedica, entre otras cosas, a tocarle las narices de vez en cuando a la figura histórica (bueno, vale, Zapatero) para recordarle que no le gusta nada lo que está haciendo. Es lo mismo de Aznar con Rajoy, al que cada cierto tiempo le agita el avispero popular con l

El equipo médico habitual

Hubo un tiempo en que los españoles seguíamos atentamente las informaciones que facilitaba el llamado "equipo médico habitual". Era un grupo de brillantes especialistas que trataban al por entonces Jefe del Estado, el general Francisco Franco, de las numerosas dolencias que le aquejaban y que lo llevaron a su tumba del Valle de los Caídos en noviembre de 1975. Por aquellos años yo era un ser humano a medio camino entre la niñez y la primera adolescencia, y la verdad, la retahíla de problemas de aquel señor mayor que mandaba por encima de todos me sonaban un tanto lejanos. Lo único que saqué de beneficio fueron tres días sin clase cuando se murió, que casi coincide con mi cumpleaños. Ahora esto del equipo médico habitual parece que vuelve a estar de moda. No son siempre los mismos médicos ni el paciente es tan tenebroso como aquel militarcito que secuestró el poder gracias a un golpe de estado y una guerra civil. Los problemas de salud del Rey Juan Carlos nos devuelven l

Ricos, locos asesinos y currantes.

Todos los días millones de personas nos levantamos con la intención de cumplir con nuestras obligaciones, sean del tipo que sean. Normalmente son hacer nuestro trabajo de la mejor manera posible, ocuparnos de las necesidades de nuestra familia o ser honrados ciudadanos. Y ya es bastante. Una de las primeras cosas que hacemos es echarle un vistazo a la prensa o escuchar la radio. Es saludable y demuestra interés por lo que pasa a nuestro alrededor, pero a veces puede alterarnos el estado de ánimo. Veamos alguna muestra de lo que nos encontramos hoy: Ahí tenemos el enésimo serial de la infanta, el marido de la infanta y los tejemanejes que entre los dos y sus socios se montaron. La mujer prefiere pasar por tonta antes que admitir cualquier grado de responsabilidad en los enjuagues de Noos y otros negocios. Está en su derecho, también en el de no pagar la fianza, pero los ciudadanos también estamos en nuestro derecho de pensar que esto tiene toda la pinta de acabar en una operaci