Servidor abre el periódico y comienza a alterarse. De golpe se encuentra con una información en la que le explican con todo detalle cómo la Guardia Civil perfecciona los sistemas para multar a los conductores que excedan los limites de velocidad. Tendremos coches camuflados estupendos y hasta radares láser. Y antes ya nos han contado que Hacienda hurgará en los ordenadores de las empresas para encontrar dobles contabilidades.
Tanto la Benemérita como Hacienda está encarnada en funcionarios que siguen órdenes de sus jefes, que a su vez hacen lo que establecen las leyes y ordenamientos elaborados por los políticos. Unos y otros conforman una estructura que sólo parece aplicarse con diligencia para exprimir al ciudadano.
Por ejemplo, los agentes de tráfico buscan infractores en unas carreteras cuyo mantenimiento ha sido abandonado por falta de recursos; los inspectores de la Agencia Tributaria rastrean fraudes para una administración que puede tardar casi un año en devolverte dinero retenido indebidamente o un lustro en resolver un recurso de cualquier tipo.
Así se escribe la realidad de unos ciudadanos a los que casi han conseguido volvernos borregos. Todos mansitos y listos para votar cada cuatro años. Si es al partido en el poder, mejor. Y que no se nos ocurra manifestarnos mucho no sea que nos acaben limitando hasta los decibelios de los gritos.
Tanto la Benemérita como Hacienda está encarnada en funcionarios que siguen órdenes de sus jefes, que a su vez hacen lo que establecen las leyes y ordenamientos elaborados por los políticos. Unos y otros conforman una estructura que sólo parece aplicarse con diligencia para exprimir al ciudadano.
Por ejemplo, los agentes de tráfico buscan infractores en unas carreteras cuyo mantenimiento ha sido abandonado por falta de recursos; los inspectores de la Agencia Tributaria rastrean fraudes para una administración que puede tardar casi un año en devolverte dinero retenido indebidamente o un lustro en resolver un recurso de cualquier tipo.
Así se escribe la realidad de unos ciudadanos a los que casi han conseguido volvernos borregos. Todos mansitos y listos para votar cada cuatro años. Si es al partido en el poder, mejor. Y que no se nos ocurra manifestarnos mucho no sea que nos acaben limitando hasta los decibelios de los gritos.
Ay!!! amigo, que razón tienes. Y lo que no dijiste!!!! ¿Cómo es posible que con la ley de protección de datos, que tanto sirve para proteger a empresas eléctricas, energéticas y telefónicas, sí se pueda entrar en ordenadores con información sometida a secreto profesional? ¿van a crear funcionarios-hackers? y Que no se nos ocurra copiar un CD o una pelí, que se nos cae el pelo...
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