Ir al contenido principal

Rajoy y su bocaza

Sabemos que una de las características políticas de Mariano Rajoy es no hacer nada. Básicamente, esto le ha servido para llegar a presidente del Gobierno. Por no hacer, ni siquiera fue capaz de evitar la intervención de España; todo el mundo que quiera saber es consciente que fue Mario Draghi y su manguera la que nos sacó del hoyo cuando las arenas movedizas nos engullían.

Pues bien, ahora, este señor cuya mayor virtud es calentar los asientos por los que pasa, nos anuncia las primeras navidades postcrisis. A fuer de ser pelín tópico no puedo mas que exclamar: ¡Manda carallo! Y yo sin enterarme. Claro, estaba enfrascado mirando las cifras del paro, el número de personas que pierden sus pisos por no pagar la hipoteca, la caída de renta de los trabajadores, el porcentaje de jóvenes sin empleo o la cantidad de familias en riesgo o estado efectivo de pobreza. Pero, tranquilos, la crisis es historia. ¡Hay que joderse! Con perdón.

Sin embargo, entiendo a Rajoy. Ya sabemos que una mentira repetida mil veces se transforma en una verdad y avanzamos rápidamente hacia un tiempo electoral. Además, hacer algo, tomar decisiones, tiene un coste; sacar la lengua a paseo no, el papel lo aguanta todo. Como decimos en Galicia, falar non ten cancela, es decir, ser un bocazas sale gratis. Pero quedas como un tonto de capirote o como un inútil doloso. Escojan ustedes.

Comentarios

  1. Supongo que ahora que "hemos salido de la crisis" el Sr, Presidente revalorizará las pensiones y les dará su poder adquisitivo real; eliminará el copago farmacéutico y las tasas judiciales; devolverá a los funcionarios el importe íntegro de sus nóminas recortadas; sacará una OEP con plazas para la Educación, la Sanidad y la Justicia; pagará las ayudas a la dependencia en los baremos establecidos en la ley, etc... ¿por qué eso es salir de la crisis? ¿verdad?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La consulta del idioma

No hay asunto en el que la demagogia y lo políticamente correcto campeen más que en el debate sobre los idiomas y la enseñanza. Última capítulo: la encuesta de la Xunta para conocer la opinión de los padres sobre el uso del gallego en la docencia primaria y secundaria. Independientemente de los objetivos y el resultado, es loable que, por una vez, los políticos se tomen la molestia de escuchar a alguien más que a ellos mismos antes de abordar una cuestión de tanto calado. Si salieran más a menudo de las cuatro paredes del Parlamento, de las sedes de los partidos o se bajaran de los coches oficiales descubrirían que hay otro mundo de preocupaciones, temores y anhelos personales y vitales de los ciudadanos que les sorprendería. Probablemente escucharían las voces de los niños obligados a estudiar y responder en gallego aunque su idioma vehicular es el castellano, y viceversa, oirían a los padres que claman contra la permanente reforma partidista de la educación, y hasta se darían cuenta ...

Zapatero lo ha conseguido

Zapatero ha entrado en la crisis del Alakrana con un objetivo público y otro más o menos encubierto. El objetivo para consumo público es conseguir la liberación de los marineros en poder de los piratas somalíes. Obvio. Todo el mundo apoya al presidente. El objetivo encubierto es evitar el desgaste político que la nefasta gestión del secuestro del atunero está provocando a su gobierno y a él mismo. Para conseguir esto último ha seguido dos estrategias: la primera es tratar de que los medios de comunicación dejen de criticar la acción del ejecutivo y de servir de altavoz a los familiares; para ello se ha servido de una apelación a la responsabilidad de los informadores y opinadores. Malo, malo, porque cuando a un periodista le pide responsabilidad un político es que algo pretende esconder o conseguir. La segunda estrategia de Zapatero para atenuar la presión sobre el ejecutivo es convencer a los familiares de los tripulantes para que guarden un prudente silencio. Por lo visto, parece qu...

El equipo médico habitual

Hubo un tiempo en que los españoles seguíamos atentamente las informaciones que facilitaba el llamado "equipo médico habitual". Era un grupo de brillantes especialistas que trataban al por entonces Jefe del Estado, el general Francisco Franco, de las numerosas dolencias que le aquejaban y que lo llevaron a su tumba del Valle de los Caídos en noviembre de 1975. Por aquellos años yo era un ser humano a medio camino entre la niñez y la primera adolescencia, y la verdad, la retahíla de problemas de aquel señor mayor que mandaba por encima de todos me sonaban un tanto lejanos. Lo único que saqué de beneficio fueron tres días sin clase cuando se murió, que casi coincide con mi cumpleaños. Ahora esto del equipo médico habitual parece que vuelve a estar de moda. No son siempre los mismos médicos ni el paciente es tan tenebroso como aquel militarcito que secuestró el poder gracias a un golpe de estado y una guerra civil. Los problemas de salud del Rey Juan Carlos nos devuelven l...