Es decir, en castellano viejo, tiempo de mierda. Efectivamente, alguien, en alguna parte, ha decidido que los sufridos trabajadores del cuadrante noroeste de la península tengan la toalla de playa en el armario este mal llamado verano. Oigan, es que no es uno, son dos, tres y hasta cuatro días seguidos de lluvia y fresquito. Como si no estuviéramos ya puteados por la crisis, Rajoy y su gobierno y demás sujetos, la pretemporada de fútbol ..... además, no podemos tirarnos al sol mas que en meses bisiestos.
Tengo la convicción de que esto del clima está hecho unos zorros, que nos hemos cargado el equilibrio del tiempo y que los responsables tienen tanta pasta que se cogen el avión privado o el yate para huir a zonas soleadas mientras que los demás nos tragamos, una tras otra, las borrascas veraniegas. No sé, a lo mejor son paranoias mías, pero juró que cuando vestía pantalones cortos los veranos, incluso por estos lares, eran otra cosa.
En fin, al mal tiempo buena cara, y como esto es Galicia eterna, a pasear, charlar y comer hasta que llegue septiembre, cuando siempre sale el sol.
Tengo la convicción de que esto del clima está hecho unos zorros, que nos hemos cargado el equilibrio del tiempo y que los responsables tienen tanta pasta que se cogen el avión privado o el yate para huir a zonas soleadas mientras que los demás nos tragamos, una tras otra, las borrascas veraniegas. No sé, a lo mejor son paranoias mías, pero juró que cuando vestía pantalones cortos los veranos, incluso por estos lares, eran otra cosa.
En fin, al mal tiempo buena cara, y como esto es Galicia eterna, a pasear, charlar y comer hasta que llegue septiembre, cuando siempre sale el sol.
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