La Compañía de la Radiotelevisión de Galicia (CRTVG) tiene nuevo director general. Llega envuelto en la polémica porque los populares dicen que pactaron su nombramiento con la oposición e ésta lo niega de plano. Esto casi es lo de menos dado el fuerte carácter político del cargo tal como está concebido en la actualidad.
Alfonso Sánchez Izquierdo puede ser el director general del cambio de modelo de la radiotelevisión pública gallega si Feijoo se atreve a tocar el modelo de dependencia institucional vigente en la actualidad; es decir, seguimos teledirigiendo, y nunca mejor empleada la expresión, la tele y la radio o nos atrevemos con una reforma según la fórmula aplicada a RTVE.
El reto no es menor. Primero hay que ver si sirve para algo el trabajo del comité de sabios nombrado por la anterior Xunta bipolar; a partir de ahí, establecer las peculiaridades gallegas, si fuese el caso: publicidad si o no y fórmulas de financiación, contrato-programa, mandato marco, forma de nombramiento y poderes del director general.
Parece existir consenso general sobre el agotamiento del modelo actual de televisión pública en España, por lo que parece imprescindible una redefinición, les guste o no a los políticos autonómicos. Si no se avienen a discutir, debatir y reformar no van a tardar en alzarse las voces contra la proliferación de los medios audiovisuales de comunicación públicos. Zapatero ha conseguido una tregua para RTVE, pero las teles territoriales se han instalado en el inmovilismo.... por el momento.
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