Esto tiene toda la pinta de un final de época. Zapatero y su gente ya dedican tiempo a desmentir disensiones internas en el PSOE o que vaya a haber una adelanto de las elecciones. Hasta ha resurgido Izquierda Socialista. Comienza a soplar una melodía que a los socialistas les trae recuerdos de épocas poco felices.
Ha tenido que ser una crisis económica de caballo la que ponga contra las cuerdas a José Luis Rodríguez Zapatero. Sí, esa crisis que en la primavera del año pasado aún era una suave desaceleración. Este hombre está noqueado y los depredadores, que lo están esperando, ya han olido la sangre.
Una día se discute sobre el abandono de tres ex ministros, otro sobre el malestar de ciertos dirigentes por la marcha del país, al siguiente sale Almunia y dice desde Bruselas que nos preparemos para un 201o de vértigo, el secretario general de la UGT deja en el aire una posible huelga general, y la traca del presidente de la patronal de las cajas: si no hay un gran pacto para sacar al país de la crisis, adelanto de elecciones. Hasta el brillante Rubalcaba ha tenido que puntualizar unas declaraciones asegurando que no se quiera ir del ejecutivo.
Si las magnitudes económicas no mejoran se me antoja imposible que Zapatero aguante en La Moncloa hasta la primavera del 2012. La única posibilidad que tiene el presidente de resistir es asumir el coste de reformas y medidas de ajuste impopulares; pero ni su carácter ni su discurso están en esa línea.
Estamos en una carrera de desgaste que se adivina como un calvario para un hombre que en cuatro años pasó de ser un dirigente socialista de medio pelo a presidir España. Se le ha acabo el dinero para hacer regalos electoralistas con el dinero de todos y ya no hay margen para más innovaciones sociales -¿estará pensando en legalizar la poligamia?, ¿propondrá por decreto que haya más mujeres que hombre en el gobierno?, ¿y si ordenamos por decreto que haya cuota obligatoria de homosexuales en el ejecutivo? Mejor no dar ideas porque a lo peor alguna le parece buena y la asume-.
Y por si fuera poco, el Grupo Prisa -ya saben, El País, la SER e Iñaki Gabilondo- disparando a dar.
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