No ha pasado ni un día desde que se desvelara que Alberto Oliart será el nuevo presidente de RTVE y ya tenemos material para la polémica y el comentario.
Empecemos por el propio Oliart, que ha manifestado que "estas cosas no hacen ilusión, es otro sentimiento". ¿Será estupefacción lo que sintió cuando socialistas y populares le propusieron para el cargo?
Parece que el debate se centra en estas primeras horas en la edad del candidato. Creo que ese es una parte del debate, pero no la más importante. El núcleo del problema está, en mi opinión, en la cualificación del candidato para el puesto. ¿Por qué los políticos creen que cualquiera puede gestionar RTVE? ¿saben Zapatero y Rajoy los conocimientos que son necesarios para dirigir la corporación? Como mínimo, hay que entender de comunicación audiovisual, en el amplio sentido de la palabra. Aunque Alberto Oliart tuviese cincuenta o sesenta años, carecería de la cualificación necesaria.
Socialistas y populares se esfuerzan en cantar las excelencias de Oliart. Resaltan su gran sentido del consenso (sic). ¿Por qué es necesario el consenso para dirigir RTVE? ¿No será más necesario saber de qué va la gestión de un medio de comunicación tan potente como la radiotelevisión pública?
Una vez más queda patente que la cabra política tira el monte. Después dos directores generales provenientes del ámbito específico audiovisual, Carmen Caffarel es catedrática de Comunicación Audiovisual y Luis Fernández tiene una larga trayectoria como gestor en el sector, los políticos vuelven donde les gusta, a colocar a uno de los suyos al frente de RTVE.
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