Una de las primeras cosas que te enseñan en las facultades de Comunicación cuando estudias Periodismo es que los intereses de los políticos y periodistas son divergentes, que su trabajo suele situarlos en aceras distintas casi siempre. Otra cosa que nos recalcan es que la información, la buena información, hay que buscarla fuera de las ruedas de prensa, investigando y acudiendo a las fuentes.
Estos axiomas de primero de Periodismo parece que no están claros para algunos renombrados profesionales a la luz de sus puntos de vista sobre los llamados "papeles de Bárcenas". Así, con frecuencia les escuchamos aceptar a pies juntillas la versión del PP o cargar contra El País por publicar lo que los populares consideran unas fotocopias falsas, argumento que estos periodistas aceptan sin rechistar. Ellos no se toman la molestia de investigar la veracidad. Es más fácil tragar la sopa del poder.
Uno de los más significados en este coro es el director de La Razón, Francisco Marhuenda. Profesor universitario que ha advertido que un periodista no puede publicar lo que le dé la gana. Eso le dice a sus alumnos. Cierto. Es una regla básica de praxis profesional. Por ejemplo, un periódico no debe utilizar datos de la vida personal de una persona para descalificar su actividad. Es lo que hizo La Razón en una información sobre las protestas estudiantiles de hace un año.
Así se escribe la historia de esta preciosa profesión que entre unos y otros parece que queremos hundir.
Estos axiomas de primero de Periodismo parece que no están claros para algunos renombrados profesionales a la luz de sus puntos de vista sobre los llamados "papeles de Bárcenas". Así, con frecuencia les escuchamos aceptar a pies juntillas la versión del PP o cargar contra El País por publicar lo que los populares consideran unas fotocopias falsas, argumento que estos periodistas aceptan sin rechistar. Ellos no se toman la molestia de investigar la veracidad. Es más fácil tragar la sopa del poder.
Uno de los más significados en este coro es el director de La Razón, Francisco Marhuenda. Profesor universitario que ha advertido que un periodista no puede publicar lo que le dé la gana. Eso le dice a sus alumnos. Cierto. Es una regla básica de praxis profesional. Por ejemplo, un periódico no debe utilizar datos de la vida personal de una persona para descalificar su actividad. Es lo que hizo La Razón en una información sobre las protestas estudiantiles de hace un año.
Así se escribe la historia de esta preciosa profesión que entre unos y otros parece que queremos hundir.
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