Hay determinados espacios de relación social entre los seres humanos que me aportan datos acientíficos los más variados asuntos o problemas. Hoy he tenido la oportunidad de escuchar en un complejo deportivo las opiniones de dos ciudadanos anónimos sobre los periodistas.
La verdad, no salíamos muy bien parados. Desde el punto de vista de estos dos sujetos, que no se expresaban de modo agresivo y aparentaban tener un nivel cultural medio, las empresas de comunicación, y por extensión los periodistas, están "vendidos" a los políticos, de los que dependen para sobrevivir.
Una de las opiniones que más me llamó la atención fue la que pronunció el que llevaba la voz cantante: los únicos que pueden defender a los ciudadanos de las arbitrariedades y engaños de los políticos son los periodistas. Lo que este buen hombre expresaba es, dicho brevemente, una de los pilares de la llamada "responsabilidad social del periodismo" que enseñan en las facultades de Comunicación.
Algo debemos estar haciendo mal cuando dos ciudadanos anónimos se pronuncian en estos términos. Probablemente es la consecuencia de las tertulias espectáculo, de la connivencia entre grupos de comunicación y gobiernos de turno o de la permanente comunión con ruedas de molino que practican determinadas primas donnas del periodismo.
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