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Miserias socialistas

La socialista Mar Barcón ha descubierto que en el PSOE de Ourense había una "miseria humana". Así ha calificado al ex dirigente de su partido que se ha pasado al PP local liderado por "los baltares". Ciertamente, el paso dado por el sujeto no le deja en muy buen lugar, además de retratar una vez más la forma de hacer política del padre y el hijo que martirizan a Feijoo desde Ourense.

Con ser cierto lo anterior, no lo es menos que el PSOE ha cosechado lo que siembran los partidos, cuyo nivel de exigencia para acceder a cargos de representación se mide por su adhesión al líder de turno o al juego de poder interno. De eso sabe bastante Barcón. La pequeña historia de los partidos está jalonada de los cadáveres de aquellos que se equivocaron de bando o cayeron en desgracia ante el mandatario de turno.

Los partidos, verdaderas maquinarias de distribuir favores internos y externos, acumulan ejemplos que los desacreditan ante los ciudadanos, que asisten perplejos a los tejemanejes de un intramundo en el que habitualmente priman intereses personales de todo pelaje. Ya lo dijo Churchill: hay rivales, enemigos y compañeros de partido.

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