El proceso para convertir RTVE en un actor secundario del sector televisivo español prosigue paso a paso. El PP parece dispuesto a acabar con la televisión pública estatal, aunque justo es reconocer que el trabajo de demolición lo inició Rodríguez Zapatero cuando se cargo de un plumazo toda la publicidad en la tele pública del Estado.
Socapa de la crisis económica y amparado en la tirria que siente el PP ante todo lo que suene a gestión pública, el Gobierno asfixia económicamente a la única televisión de cobertura estatal y gratuita que ofrece productos audiovisuales de calidad.
Estos ignorantes que se aplican a destruir RTVE deberían leer los informes y estudios que desde hace años advierten de que las televisiones públicas pueden evitar que los espectadores se fracturen en dos grandes bloques: los que tienen capacidad económica para contratar servicios de pago y los que sólo pueden ver televisión gratis en abierto. A éstos, si no hay una oferta pública de calidad, se los condena a ver la bazofia que programa, por ejemplo, Vasile habitualmente en Telecinco.
El recorte de 200 millones en los presupuestos de RTVE pone en peligro la emisión de "Aguila Roja" y "Cuéntame", dos productos de entretenimiento que ejemplifican para qué sirve una televisión pública de calidad. A ver si conseguimos que lo entienda la muchachada popular, entusiasta seguidora de las políticas audiovisuales de la Unión Europea dirigidas a la liquidación de lo público. Les recomiendo que analicen las parrillas de las teles comerciales, es la mejor justificación de una televisión pública competitiva.
Socapa de la crisis económica y amparado en la tirria que siente el PP ante todo lo que suene a gestión pública, el Gobierno asfixia económicamente a la única televisión de cobertura estatal y gratuita que ofrece productos audiovisuales de calidad.
Estos ignorantes que se aplican a destruir RTVE deberían leer los informes y estudios que desde hace años advierten de que las televisiones públicas pueden evitar que los espectadores se fracturen en dos grandes bloques: los que tienen capacidad económica para contratar servicios de pago y los que sólo pueden ver televisión gratis en abierto. A éstos, si no hay una oferta pública de calidad, se los condena a ver la bazofia que programa, por ejemplo, Vasile habitualmente en Telecinco.
El recorte de 200 millones en los presupuestos de RTVE pone en peligro la emisión de "Aguila Roja" y "Cuéntame", dos productos de entretenimiento que ejemplifican para qué sirve una televisión pública de calidad. A ver si conseguimos que lo entienda la muchachada popular, entusiasta seguidora de las políticas audiovisuales de la Unión Europea dirigidas a la liquidación de lo público. Les recomiendo que analicen las parrillas de las teles comerciales, es la mejor justificación de una televisión pública competitiva.
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