Iñaki Gabilondo advierte de los riesgos de Internet como medio de información abierto. El periodista reconoce las potencialidades informativas de la red, pero nos previene contra la solvencia de las fuentes ciudadanas, es decir, contra la validez de la comunicación que nace de los individuos particulares, ajenos a los medios tradicionales.
Gabilondo aporta su autorizada voz a un debate presente ya desde hace tiempo entre los profesionales y los teóricos: la forma en que el llamado "periodismo ciudadano" influye en los receptores, el proceso de comunicación, en la formación de la opinión y en el propio papel de los medios de comunicación.
Personalmente creo que este tipo de actividad comunicativa no va a menguar el valor del papel institucional propio de las empresas informativas, proveedoras integrales de contenidos. Son actores que gozan, en términos generales, de la credibilidad que les proporciona su especialización y que les otorga el uso social.
Dice Gabilondo que Internet "informa, pero también intoxica". Claro, y los medios tradicionales, dentro y fuera de la red, también. El informador anónimo por unas razones y los grupos de comunicación por otras. La diferencia es que éstos cuentan con periodistas socialmente reconocidos que transmiten sus puntos de vista de tal manera que la audiencia tiende a considerarlos como verdades.
Gabilondo apunta certeramente que el periodismo actual es cada vez más opinativo y menos informativo. De hecho, el abre su telediario opinando, y hasta la fecha no le he escuchado una sola píldora que contradiga una posición editorial del grupo Prisa.
Estos pequeños editoriales están recogidos en un libro que presentó ayer y que se titula Verdades como puños. Es un título que dice mucho de la consideración profesional que tiene de si mismo Gabilondo; el no opina, dice verdades como puños. Vamos, como el Papa cuando habla ex catedra de cuestiones de fe.
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