El traspaso de Cristiano Ronaldo al Real Madrid tiene alporizado el patio hispano. Y no sólo el deportivo. En los medios de comunicación se lee y se escucha que sí es gastar 94 millones de euros en un jugador es un dispendio obsceno, que si esto sólo pasa en España porque los clubes de fútbol gozan de trato de privilegio por parte de la administración....., y todos tienen razón.
Sin embargo, esos periodistas que opinan con tanto fundamento deberían ser conscientes de que operan desde empresas que también gozan de una relación especial con los poderes públicos. Por ejemplo, aparecen en televisiones privadas que sistemáticamente se saltan a la torera las legislaciones de su sector sin que el Estado actúe punitivamente; otrosí, eses mismo medios reciben favores gubernamentales en forma de graciosas adjudicaciones audiovisuales; o se benefician de subvenciones indirectas mediante promociones, producciones audiovisuales y otras bagatelas con cargo al erario público.
De modo que sí, lo de Florentino y su Madrid es una pasada, que los clubes de fútbol son cuasi intocables......, pero menos moralina, que los únicos que no tienen trato de favor son los contribuyentes de nómina, a los que si se pesan un pelo "los crujen" en la Agencia Tributaria.
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