Son las diez menos dos minutos. Enciendo el televisor. Rápido zapeo por las cadenas. Información, series de teenegers y.... concursos basura. Creo que saben de qué hablo: esos concursos en los que un niño o niña mona nos anima a llamar, resolver algunas incógnitas y luego concursar para ver si nos llevamos un dinerito.
Este tipo de programas de bajo coste ha saltado desde su horario nocturno tradicional hasta la primera mañana. Buscan, preferentemente, un público constituido por amas de casa, con baja formación y con limitados recursos económicos. Ese tipo de target se ha visto ampliado por mor de la crisis, que tiene en casa parados a hombres y mujeres de distinta condición social y económica.
¿A que no saben ustedes qué dos cadenas estaban emitiendo en torno a las diez de la mañana esa basura televisiva? Pues las muy progresistas Cuatro y La Sexta, es decir, Prisa y Mediapro, dicho de otra manera, el primer grupo de comunicación español y el valor audiovisual emergente creado de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero.
En el caso de Prisa, la cosa tiene su aquel. Acostumbrados como estamos a escuchar de los directivos de este grupo sus lecciones sobre deontología profesional, habituados a las dosis de moralina de su comunicador de referencia, sorprende que incluyan en su parrilla un contenido que sólo pretende sacarle la pasta a los incautos. Incautos. Cuando se trata de cuadrar unas cuentas renqueantes no hay miramientos. Sin embargo, no debemos cargar las tintas con Prisa. Todas las cadenas de televisión comerciales programan estos timos.
Lo que les acabo de relatar ayuda a comprender la resistencia cerrada de las televisiones privadas a que se implante una autoridad audiovisual independiente en España. Es mejor que todo siga como está ahora, vulnerando la legislación estatal y comunitaria mientras el gobierno mira para otra parte, temeroso de hacer cumplir la ley a unas corporaciones que le pueden presionar a través de sus medios de comunicación.
¿Se imaginan un consejo audiovisual con capacidad sancionadora?, ¿veremos algún día cómo se retira una concesión por flagrante incumplimiento de la legislación? Les aseguro que antes las ranas criarán pelo o, como decía mi abuela, las gallinas mearán.
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