Zapatero se fue hasta Málaga para apuntalar al PSOE andaluz, tan necesitado de que le echen una mano ante la caída de la intención de voto socialista para las elecciones autonómicas. Y lo hizo como es habitual en los políticos: tirando de la chequera, de la nuestra, de la del Estado. Acabó de saldar la llamada deuda histórica con Andalucía, cifrada en 1.200 millones de euros.
Esto de las deudas históricas es una cantinela recurrente de los territorios menos desarrollados. Hay una parte de choromiqueo, otra de viejos agravios y mucho de demagogia. El caso es que este tipo de cálculos aleatorios basados en lo mal que nos ha tratado Madrid por los siglos de los siglos se cobran según la capacidad que tengas de presionar al pagador, o de lo apurado que esté el hipotético deudor.
Así ha pasado ahora. Madrid, es decir, el PSOE de Zapatero, teme que el tinglado electoral de 2012 se le descosa en Andalucía, tierra de promisión socialista, controlada desde la noche de los tiempos de la transición por el PSOE. Tan lentamente corre el tiempo en esa tierra que todos sus presidentes han sido felipistas, amigos de Felipe González o ministros de González. Desde Rafael Escuredo hasta Pepe Griñán.
Las encuestas empiezan a pintar mal para el socialismo andaluz. Receta: lluvia final de millones, esos que tanta falta hacen para salir de la crisis. Vean la diferencia con Galicia. Hasta 21.000 millones calculó el bipartito que ascendía la deuda histórica con Galicia. Por aquí no se ha visto ni un duro, ni se verá. Es lo que pasa cuando no eres un granero de votos, ni capacidad para influir en el partido, verdad señor Vázquez.
Esto de las deudas históricas es una cantinela recurrente de los territorios menos desarrollados. Hay una parte de choromiqueo, otra de viejos agravios y mucho de demagogia. El caso es que este tipo de cálculos aleatorios basados en lo mal que nos ha tratado Madrid por los siglos de los siglos se cobran según la capacidad que tengas de presionar al pagador, o de lo apurado que esté el hipotético deudor.
Así ha pasado ahora. Madrid, es decir, el PSOE de Zapatero, teme que el tinglado electoral de 2012 se le descosa en Andalucía, tierra de promisión socialista, controlada desde la noche de los tiempos de la transición por el PSOE. Tan lentamente corre el tiempo en esa tierra que todos sus presidentes han sido felipistas, amigos de Felipe González o ministros de González. Desde Rafael Escuredo hasta Pepe Griñán.
Las encuestas empiezan a pintar mal para el socialismo andaluz. Receta: lluvia final de millones, esos que tanta falta hacen para salir de la crisis. Vean la diferencia con Galicia. Hasta 21.000 millones calculó el bipartito que ascendía la deuda histórica con Galicia. Por aquí no se ha visto ni un duro, ni se verá. Es lo que pasa cuando no eres un granero de votos, ni capacidad para influir en el partido, verdad señor Vázquez.
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